Silvia Landeros Hernández
Gerente de Comunicación en Industrias Penoles SAB de CV
El mundo entero vive una crisis para la cual nadie estaba preparado.
A más de dos años de los primeros casos reportados en Oriente, hay muchos aprendizajes en torno a un virus cuya letalidad ha sometido hasta a los sistemas de salud que creíamos más sólidos. Sin embargo, aún hay quienes dudan de su existencia y se exponen a contagiarse.
Se ha hecho una amplia difusión del riesgo, de los síntomas y los efectos de la enfermedad Covid-19. Hasta ahora, la forma más efectiva de prevenir los contagios es seguir estrictamente las medidas sanitarias, mismas que continuaremos reiterando: usar cubrebocas, mantener sana distancia y el lavado frecuente de manos.
Es necesario que reflexionemos sobre las actitudes y decisiones que estamos asumiendo cada uno de nosotros, ya que estas tienen repercusiones que afectan a quienes están cerca: familia, amigos y compañeros de trabajo.
Entendemos que el prolongado aislamiento social significó un reto y que muchos anhelamos socializar nuevamente como antaño, pero las circunstancias han cambiado y ahora es algo que se debe hacer con cuidado.
La vacuna nos trajo esperanza y nos ha permitido ir retomando las actividades presenciales; aunque su aplicación fue también un desafío, por la infraestructura requerida y el proceso para distribuirla, hasta lograr la cobertura de toda la población.
En junio de 2021, la Secretaría de Bienestar instaló módulos en varias empresas de Coahuila, con el objetivo de inmunizar a sus trabajadores y Peñoles, fue una de esas compañías.
La empresa minero-metalúrgica decidió ir más allá, por lo cual se propuso a las autoridades, que el módulo se abriera a la comunidad y de esa manera contribuir con una aplicación a más personas. Para ello, se integró un equipo con más de 150 voluntarios de Industrias Peñoles, Baluarte Minero y Fresnillo plc, empresas hermanas pertenecientes a Grupo BAL.
Así, personas de más de 40 años y mujeres embarazadas acudieron durante los 14 días que estuvo habilitado la unidad de vacunación en el Centro Comunitario Peñoles, donde se aplicaron 32 mil 654 dosis.
Las autoridades quedaron satisfechas con el desempeño de ese primer ejercicio y permitieron que se mantuviera en las siguientes jornadas de vacunación. Así llegaron las personas de 30 y 20 años, también los adolescentes y niños de 12 a 15 años acompañados por algún familiar. Las jornadas se extendieron en el Centro Comunitario Peñoles hasta este año en el que suman más de 245 mil dosis aplicadas.
En esta experiencia, participaron de forma coordinada la Secretaría de Bienestar, el Ejército, el Instituto Mexicano del Seguro Social, vecinos de colonias del sur de la ciudad, estudiantes de varias escuelas locales y las empresas de BAL. Este es tan solo un ejemplo de cómo el trabajo colaborativo entre gobierno, iniciativa privada y comunidad tiene un mayor alcance.
Controlar y mitigar los contagios por Covid-19 depende de todos.
Si seguimos las recomendaciones sanitarias y aprendemos a movernos con seguridad, a evaluar adecuadamente los riesgos y a tomar mejores decisiones, lograremos controlar los contagios de una forma más eficiente.
El mundo cambió.
La pandemia ha remodelado nuestras interacciones y hábitos cotidianos; hemos redescubierto formas para mantenernos cerca aún en la distancia, porque reinventarnos era necesario y urgente.
De algo estamos seguros, los mexicanos tenemos un espíritu fuerte que ha sabido resistir a muchos embates y también de esta situación saldremos adelante, pero solo si lo hacemos unidos, siendo solidarios, empáticos y disciplinados.
En esta nueva realidad en la cual las amenazas a la salud de las personas traspasan cualquier frontera con mayor rapidez a la de años anteriores, solo podemos ser reiterativos y llamar a ser conscientes de la responsabilidad que tenemos cada uno de nosotros. Abramos nuestros oídos al mensaje: propaguemos valores y hábitos saludables para reducir los contagios. Porque la mejor manera de expresar nuestro amor a la familia y a los amigos es protegiéndolos.